TOSENTLALIGAN, TOCHIKAHUALIS. Nuestra Unión, Nuestra Fuerza

“ . . . . y en esa reunión todos los dioses se dieron cuenta que era necesario crear al mundo y entonces decidieron que cada quien iba a poner algo para crear al mundo. Así es que cada dios se comprometió en dar algo . . .”

Narración de Don Chamalio de la comunidad de Xoxocotla, 1993.

 

De nuestras leyendas, mitos y ritos es que entendimos que hacer posible la vida en el mundo era una corresponsabilidad de quienes lo habitamos. Por eso es que basamos nuestra labor en la implementación de actividades de intervención comunitaria, es decir, mediante la experiencia del trabajo colectivo, reflexionemos en la importancia de entender nuestra integración y relación con el entorno.

Somos parte de este mundo, no somos dueños de él.

Y eventos como el pasado Sismo del 19 de septiembre de 2017 y la pandemia de Coronavirus que provoca el COVID-19, es que nos hacen patente que no somos dueños del mundo.

Para atender la emergencia que provoca de la Pandemia en la comunidad, el Equipo del Centro Cultural decidimos elaborar un plan a corto, mediano y largo plazo.

A CORTO PLAZO.

Implementar acciones de fortalecimiento del Equipo de trabajo del Centro Cultural en sus diferentes áreas y proyectos.

  • Capacitar al equipo con información verificada, sobre el manejo de la pandemia en el ámbito comunitario. Es decir, tener la información para identificar situaciones de riesgo, herramientas para enfrentar dichas situaciones y brindar confianza al público que asista al centro cultural.
  • Generar capacitaciones sobre Derechos Humanos e Indígenas en tiempos de pandemia.
  • Buscar alianzas para articular acciones con impacto comunitario.
  • Difundir por los medios de la organización información verificada sobre el avance de la pandemia, medidas de prevención de contagios, atención en caso de contagio, información sobre población vulnerable y sobre todo, medidas de fortalecimiento del sistema inmunológico y cambio de condiciones de vida que puedan derivar en situaciones riesgo.

 

A MEDIANO PLAZO.

Promover los derechos humanos, cultura de paz y equidad de género para la resiliencia Comunitaria.

  • Promover el fortalecimiento de la Resiliencia Comunitaria como: Convocar a medidas de desinfección comunitaria, talleres de elaboración de cubrebocas, gel y desinfectantes a base alcohol.
  • Gestionar con aliados apoyos dirigidos al cambio del estilo de vida, de la alimentación y del cuidado de la salud y a la economía familiar.
  • Fomentar la idea de Salud Comunitaria ante el público del Centro Cultural y la Audiencia del proyecto de Comunicación Comunitaria.

A LARGO PLAZO.

Implementar espacios muestra que contribuyan al fortalecimiento y concreción de las acciones implementadas.

  • Contar con espacios sedes de salud comunitaria.
  • Espacios de compra, venta a intercambio de saberes, productos, servicios de calidad y responsabilidad social, que sirvan de apoyo al bienestar y la economía familiar.
  • Generar espacios muestra de los logros de las acciones de promoción de la salud y de resiliencia comunitaria.
  • Realizar evaluaciones de las acciones con las familias participantes y establecer nuevas medidas de continuidad y fortalecimiento de los lazos comunitarios.

¿Quieres acompañarnos? ¿Quieres apoyar estas iniciativas?

¡Súmate! No te quedes como espectador que la esencia de nuestro andar en este mundo es el movimiento.

Se parte de los que reconstruimos los Territorios Culturales y que a pesar de todo . . . . .  ¡Cada día somos más!

A PROPÓSITO DEL ZAPATA MARICÓN. Un llamado a la reflexión.

A PROPÓSITO DEL ZAPATA MARICÓN. Un llamado a la reflexión.  

EL PODER, ENTENDIDO COMO CAMPO

de relaciones de fuerza donde existen posiciones dominantes y dominadas, permea indudablemente todo el ámbito de la cultura . . . . . . Por eso hablamos de culturas hegemónicas y de culturas subalternas . . . . . Pero por más dominante que llegue a ser una cultura, como es la hegemónica, siempre suscitará su polo opuesto, es decir, una cultura de resistencia, ya que el ejercicio del poder es indisociable de un campo de relaciones de fuerza donde se confrontan sujetos desiguales en cuanto a la disposición de recursos materiales y simbólicos (Foucault).

 

En esta época del año, los que sembramos en el temporal estamos ya sea, pixcando o desgranando el maíz, cortando el cacahuate o cultivando las sandías de sereno. Ahí nos sorprendió el debate, polémica y hasta rumores agresivos sobre la pintura del «Zapata maricón» y demás.

Una de las virtudes del trabajo en el campo es que, por el esfuerzo físico, la calma que existe en el contacto con la naturaleza y lo que puedes apreciar como inmenso del espacio en el cual aprecias las estrellas, la luna, los volcanes, las barrancas y la fauna que encuentras a tu paso por las veredas, es que invita a pensar, analizar, mirar a vuelo de pájaro y es inevitable construir convicciones.

Y bueno, a propósito de lo ocurrido y de lo cual no tuvimos oportunidad de opinar en su momento, atendiendo a la inmediatez que te exige la modernidad. Hay quienes sí pueden estar tooodo el día en el WhatsApp o en face o la red que quieran. Pero, aunque sea a nuestro tiempo y ritmo sí queremos aportar lo siguiente:

Primero. – En nuestra experiencia de trabajo comunitario tenemos claro que las manifestaciones son la forma de nombrar y crear los significados que la gente requiere. Y precisamente por la composición diversa de nuestra población se nombra y se crea desde diversos lenguajes. Y creemos que los significados que se van integrando al proceso comunitario, que lo fundamentan y le dan sentido, es lo que asumimos como tradición. Eso configura de manera recíproca entre los actores “Toyuhkatillis» (Nuestra forma de ser), «Chiuatlakayotl» (Lo que hace la gente), “Tonemillis»(Nuestro camino), “Tochikahuallis» (Nuestra fuerza o fortaleza), «Toxayak» (Nuestro rostro) todos estos términos que de alguna manera hacen referencia a la cultura que hacemos todos. Colectiva pues.

Segundo. – Cuando el «Nombrar y Crear» está en manos de la gente, entiéndase comunidad, responde a las necesidades de la gente misma. Cuando alguien ajeno es quien lo hace se corre el riesgo de que no responda a la gente, a la comunidad. Sino a los intereses de ese alguien ajeno. Así vemos que se han construido significados que merman la participación comunitaria por su característica individualista, corporativista y reduccionista: los clientelismos políticos, los fanatismos religiosos, las modas, el consumismo irresponsable entre muchos otros. Por ejemplos no paramos.

Tercero. – Existe una disputa constante por controlar las formas de «Nombrar y Crear» y también hay muchos ejemplos de batallas perdidas. Murieron los compositores de la comunidad y los suplieron los músicos y repertorios que emanan de las empresas disqueras y de los medios de difusión. Mueren los maestros de la comunidad y ahora los perreos y demás modas misóginas, machistas están en el repertorio de niñas y niños en la escuela. Mueren los viejos liderazgos que hicieron trascender las luchas sociales desde sus lógicas comunitarias y los suplen los «Líderes» formados con la convicción de que hacer política es hacer asistencialismo, dependencia, impunidad y demás vicios. La comunidad pierde posibilidades de nombrar y crear lo que necesita.

Cuarto. – Es verdad que siempre hay una respuesta, una reacción ante este fenómeno y la comunidad puede revertir esta pérdida, y lo hace cuando sus integrantes logran adquirir nuevos lenguajes, formas de crear nuevos significados y recrear los viejos significados, que en realidad son los mismos, pero hay que hacerlos vigentes. Por eso siempre la tradición y la cultura están en movimiento. Aunque es real que hay quienes no quieren aceptarlo.

En base a lo expuesto, es que vemos el cuadro del «Zapata maricón», como escuchamos que en el pueblo le decían, como una expresión nada nueva. Pues el rumor ha tenido una función de control social y a Zapata y a los zapatistas se les inventaron muchas cosas. Se les atribuyeron delitos, se buscó desacreditar moral e ideológicamente. Entre tantas, recuerdo el libro que alguna vez conocimos «Un General de Petate. El lado oscuro de Zapata» donde hacían visible lo traidor, homosexual y cobarde que era, a ‘según el autor Daniel Riazza. Por lo que concluimos que el cuadro desde nuestro punto de vista es grotesco, mediocre y fortalece los estereotipos machistas (Significados construidos de manera inducida, no por la comunidad LGTB o a lo mejor sí, ya llevados por las inercias). Pero esa es nuestra opinión sobre el cuadro y sobre el artista, la verdad tiene mucho que reflexionar y pensar cómo es que la historia lo absolverá, si fuera el caso.

Para nosotros no cuestiona el machismo y abona a la violencia estructural porque es útil a un actor muy importante en este proceso de «deconstrucción del Zapata y el zapatismo». Es el estado que le abre «en nombre de la libertad» la puerta a una expresión que sabe que va a desgastar lo profundo de las luchas por la defensa de los territorios, ahora que quieren imponer en «nombre de la patria» los megaproyectos sin atender los llamados al debido proceso y a la construcción de consensos y diálogos con los pueblos originarios. Sienta las bases para una deconstrucción reduccionista porque hace que se justifique el reconocimiento de la familia como los principales afectados, e incluso los únicos interlocutores como si el zapatismo no tuviera mucho de patrimonio cultural intangible o inmaterial.

Si el autor pretendía lo que dice que pretendió, el que lo expusieran en el alto foro que representa el Palacio Nacional de Bellas Artes, lo alejó de su objetivo y lo confrontó con la sociedad, con esa parte de la sociedad que tanto ha guardado la memoria trágica porque puso los muertos en las expediciones punitivas, así como aún siguen haciéndolo en la defensa de los territorios.  No tuvo oportunidad de dialogar con la gente, con la población que bien podría encontrar coincidencias en su obra, pero ya la turbulencia lo atrapó y no tiene más respuestas. Eso creemos pues.

Por otro lado, la acción contribuyó a la división de la población. Pues llevó a que se confrontara un sector de la población con cierto nivel de estudios, con un mejor uso del lenguaje que esgrime discursos de odio argumentando la homofobia, el machismo, la misoginia que pueden ser convincentes porque las problemáticas existen, pero es innegable que no hay condiciones de igualdad para debatir.  Imagínense a un campesino, a sus hijos estudiantes, albañiles, hijas amas de casa, estudiantes con su memoria zapatista y bajo nivel escolar, víctima de la discriminación, del abuso, de la corrupción, del paternalismo. Con una vulnerabilidad alimentada por los modelos educativos debatir al ritmo del facebook, el WhatsApp y el Instagram apenas entendiendo como usarlos y además con la exigencia de saber y entender conceptos nuevos. Simple y sencillamente no hay condiciones. Pero también se expresan actitudes de discriminación porque se decide generalizar la condena, sin más análisis.

Desde nuestra posición como promotores culturales comunitarios proponemos organizarnos para generar espacios de diálogo. Siempre lo hacemos, pero la verdad suele no hacer caso por los mismos prejuicios.

Es mejor construir vías para conocernos pues tenemos más coincidencias que diferencias.

Hay que atender los crímenes de odio, el machismo, la homofobia, la discriminación, las diversas violencias, la corrupción, en fin, todas esas actitudes que dañan a nuestros tejidos. Dejemos de segmentarnos y separarnos. ¿Mucha resiliencia y solidaridad en el sismo del 19 de septiembre de 2017? Hay más sismos que dejan a muchos damnificados a los que no les hacemos caso por confrontarnos más que por organizarnos. Nos tiran una bolita y nos peleamos por ella en lugar de parar y hablar para entender.

¿Cuántos Centro Culturales quisieran participar? ¿Qué otros espacios se apuntan? ¿Qué les parece la idea de hacer jornadas de cine debate, foros, conversatorios sobre este tema?

Creemos que doscientos y tantos años de nación mexicana ya debería dejarnos enseñanzas más chidas ¿No? Ninguna transformación a salido bien por falta de diálogos, acuerdos y participación. Esta que nos ofrecieron tiene los mismos problemas ¿En verdad no se dan cuenta?

Nos interesa una sociedad multicultural, pero construirla es cosa de todos.

 

Marco Antonio Tafolla Soriano

Centro Cultural Yankuik Kuikamatilistli

Xoxocotla, pueblo suriano; a 13 de diciembre de 2019.

Conmemoración a un año del Sismo del 19 de septiembre de 2017

Mujeres elaborando adobes

Con la presencia de organizaciones, donadores, familias beneficiarias y voluntarios se conmemora un año de transformación de la amenaza que representó el pasado sismo del 19 de Septiembre del año pasado, en una oportunidad de repensar el tejido, la casa que habitamos y las relaciones humanas. Reconstruir el Territorio Cultural implica una reconstrucción integral.

Cabe mencionar que se le puso mucho énfasis en los valores culturales que le dan sentido a la forma de ser de la comunidad. Claro, todo proceso colectivo tiene sus dificultades, pero el reto es hacer posibles los espacios de diálogo y reflexión para construir acuerdos.

Nuestros agradecimientos a las aliadas de Fundación Comunidad A.C.

Y un gran reconocimiento por su apoyo invaluable a CISCO Systems de México S. de R.L. de C.V., Alianza Latina USA Washington DC, Instituto de Energías Renovables de la UNAM, Facultad de Estudios Sociales de la UAEM, Universidad La Salle, Fundación Rayuela, Fundación «Ahora es Tiempo de Dar», Pan y Rosas, Sindicato de la ENAH, Fundación Don Bosco, Huaribe S.A. de C.V., Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Cooperativa Omeyolotl, Casa Beraka, IRSI Refrigeración, Universidad Iberoamericana, Techo y Vida A.C., Tlaltonantsintli, Red de Economía Solidaria y a toda la gente que de manera individual o en familias llegaron a donar de diferentes estados.

Nos complace poder compartirles la reseña que hace Metrópoli Zona Sur, del evento.

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El tequio para reconstruir Xoxocotla tras el sismo

Yesenia Daniel
El Regional 16 de octubre de 2017.
Xoxocotla, Puente de Ixtla, Morelos; 16 de octubre de 2017. En el patio del centro cultural Yankuik Kuikamatilistli de la comunidad indígena de Xoxocotla, un grupo de ciudadanos afectados por el sismo se pone de acuerdo para empezar a trabajar en la reconstrucción de sus viviendas. En esta comunidad indígena los daños son menores a comparación del municipio de Jojutla, la zona más devastada en Morelos. En Xoxocotla se vinieron abajo aproximadamente 150 casas tras el sismo del pasado 19 de septiembre, y otras 300 tiene daños considerables y tienen que ser reforzadas, la comunidad junto con el centro cultural planean reconstruir con base en el tequio, el trabajo comunitario a favor de todos.
Las casas en Xoxocotla tienen características particulares: los terrenos son amplios y planos, en un terreno pueden vivir de una hasta cuatro o cinco familias, y la pieza más importante no es la estancia o las habitaciones, sino la cocina y el patio en donde se llevan a cabo los eventos sociales más significativos como las fiestas, los velorios, el lugar en donde se seca el maíz, y las reuniones para ponerse de acuerdo para algún asunto en particular.
Los materiales de construcción también son singulares, los xoxocotlenses usan el adobe y la piedra, la mayoría de las viviendas están hechas de adobe, aunque en un principio usaban la técnica de chimami que era el adobe con carrizo, luego pasaron al tabicón y ahora al ladrillo, hay muchas casas que conservan el adobe aunque la fisionomía de las casas y la imagen de la comunidad se ha distorsionado un poco.
Las casas en Xoxocotla son modulares: el baño está afuera generalmente y la cocina al aire libre, y basado en este modelo de vivienda es cómo piensan reconstruir.
Marco Antonio Tafolla Soriano, coordinador del centro cultural Yankuik Kuikamatilistli, informó en esta reunión que hay fundaciones y empresas que están interesadas en apoyar a Xoxocotla con la donación de materiales de construcción, la mano de obra estaría a cargo de los beneficiarios pero es aquí donde entra el tequio, a través de un consejo de vigilancia es que se estará al pendiente de que las donaciones se usen como deben ser y que todas las casas que se tengan que reconstruir se levanten, y aquellas que se tengan que reparar se reparen, nadie se puede quedar atrás o fuera, la meta es que al final del proyecto todos hayan sido beneficiados y todos tengan su casa en buenas condiciones.
“Se ideó un modelo de casa pero lo más importante es que se busca el trabajo colaborativo, decimos, vamos a juntar a las familias, vamos a rehacer o a tratar de que en este ejercicio de hacer las casas reconstruyamos o jalemos otra vez los lazos de la familia nuclear y de la familia extendida, de la red del compadrazgo para que al final puedan ir haciendo las casas. El material, hasta ahorita la va a poner los donadores y la mano de obra la comunidad, con esos mecanismos comunitarios, esto tiene que ver un poco con el proyecto de reconstrucción que planteábamos en el centro cultural, con la posibilidad de no solamente de reconstruir el inmueble sino de reconstruir el espacio donde nacen las relaciones, de la trasmisión del conocimiento de los saberes, la reconstrucción de territorios culturales”, mencionó Marco Tafolla.
Vale referir que no todos los afectados en Xoxocotla participarán en este proyecto, es más bien una propuesta alternativa del centro cultural para la comunidad a los apoyos que ofrecen los gobiernos, y participarán quienes deseen hacerlo y comprometerse con las reglas del trabajo comunitario.
Al proyecto se han sumado unidades académicas como el Instituto de Tecnologías Renovables de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que orientarán a la comunidad al aprovechamiento del uso de materiales que hay en la región, así como el aprovechamiento de luz solar, agua y suelo.
Nota publicada hoy en www.elregional.com.mx

Iyolaltepeme10 Festejo día de la Candelaria_30_01_2013

A pesar de ser víctimas del calentamiento global, no dejamos de hablar de las expresiones de los Territorios Vivos.

 

En esta ocasión, para tocar el tema de los festejos de la Virgen de la Candelaria que se materializa con los tamales, los niños dios que se visten cada 2 de febrero y que ha permeado los diferentes ámbitos desde los pueblos originarios.

 

Arruyar al niño, vestirlo, festejarlo y hasta buscarle padrinos para la fiesta, son parte de las expresiones de la gente que vive en el estado de Morelos.

Hoy contamos con los comentarios de Elizabeth Hernández y Miguel Morayta bajo la conducción de Alma Leticia Benítez.

Iyolaltepeme. Expresiones de los Territorios Vivos es una producción de Tsilinkalli: Ediciones de la Casa Sonora con la colaboración del Centro INAH Morelos dentro del proyecto «Etnografía de las Regiones Indígenas de México en el Nuevo Milenio».